Normalizando lo grotesco
Si al vocero presidencial le levantan el secreto bancario y de telecomunicaciones para esclarecer si tiene o no vinculación con un escándalo de corrupción e intoxicación de niños pobres con latas de comida insalubres, ¿debe o no renunciar al cargo? Si no renuncia, ¿deben o no sacarlo del cargo? Si no lo hacen, ¿qué lo explica?
Si el titular del Midis pide garantías para su familia tras escuchar en un audio, a la letra: “La tía quiere reestructurar todo (...) Limpiar todo. Desaparecer a Demartini, ya ha visto que hay otros intereses políticos (…)” y declara luego que “estamos viendo que en esas conversaciones hay una intención que no se sabe si son intenciones de ir en contra de mi integridad física o mi dignidad y también pensar que tengo una familia”, queda claro que le es verosímil la amenaza contenida en el audio. ¿Por qué le es verosímil? ¿Qué elementos de su experiencia son los que le agregan verosimilitud a esa amenaza? ¿Qué se debería colegir de esa interpretación del ministro........
© Perú21
