El Perú atraviesa una crisis que va mucho más allá de la coyuntura. El problema de fondo no es la falta de diagnósticos o propuestas, sino la incapacidad del Estado para ejercer autoridad, imponer reglas claras y hacer cumplir la ley. Sabemos lo que se debe hacer en casi todos los frentes, pero carecemos de instituciones sólidas y de líderes dispuestos a enfrentar los intereses creados y las mafias que se benefician del desorden.

El Ejecutivo actual ha demostrado ser incapaz de resolver los problemas más urgentes: seguridad ciudadana, crecimiento económico, servicios básicos de salud y educación. La agenda se ha reducido a la sobrevivencia política, sin liderazgo ni dirección. Y frente a esa inacción, el Congreso está más preocupado en blindajes, cuotas y prebendas........

© Perú21