¿Voto de confianza? ¿En serio?
Luego de la oprobiosa renuncia de Gustavo Adrianzén, la presidenta le tomó el pelo al país juramentando un gabinete que de nuevo solo tiene el nombre. No entendió que el objetivo de censurar a su expremier era reemplazar a ese gabinete inoperante por uno competente y de ancha base, con un premier de consenso enfocado en tres prioridades: la seguridad ciudadana, el despegue económico, y el proceso electoral. En vez de ello, despidió a su mejor ministro (Salardi), invitó al cuestionado apepista Sandoval y recicló a los demás, con Arana y Pérez a la cabeza. ¿Por qué brillante razón deberíamos asumir que este gabinete hará........
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