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Humanos de alquiler

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07.10.2025

La primera vez que vine a Japón estaba completamente roto. Me acababa de divorciar (por primera vez), tenía 250 pastillitas de clonazepam en modo stand by bien guardaditas en mi mesita de noche por si me aburría de continuar en este plano, y trabajaba como negro, como blanco, como amarillo, como cualquier ser humano de cualquier color, tipo o raza que lo único que busca es disfrazar su vacío con una agenda bien nutrida. El pedido a mi representante fue sumamente específico: “Consígueme todo lo que puedas, lo que sea; no importa dónde ni cuánto paguen, acepta todo nomás. Necesito estar ocupado porque, si no, me agarra la pensadora y cagamos”.

Y es en esas circunstancias que aparece una girita de 4 ciudades en “la tierra del sol naciente”, obviamente para la comunidad peruana que en aquel momento bordeaba los cincuenta mil compatriotas. De esto hace quince años. “Aquí la gente, los peruanos, quieren reírse, necesitan vacilarse”, fue lo que me dijo telefónicamente quien me contrataba, Cristhian, una semana antes de viajar. “Mira tú qué gracioso, eso es justamente lo que yo también estoy necesitando: reírme y vacilarme”, le respondí.

Debo confesarles que de ese viaje no me acuerdo absolutamente nada. Casete completamente borrado. ¿Por qué? Porque es el tramo de mi vida en el que me moría de miedo de sentir. No quería sentir absolutamente nada porque lo único que experimentaba era tristeza. Siento una presión en el pecho, como si tuviera una piedra encima, me falta el aire, vacío en la boca del estómago. Entonces, la solución que encontré fue dormir cuando no estuviera trabajando. Y como suele ocurrir con esas pildoritas, al comienzo te hacen efecto en una, y pasadas unas semanitas, si es que las tomas todos los días, varias veces al día, el efecto ya no es el mismo y desarrollas algo que se conoce como “tolerancia”, y ahí decides aumentar la dosis; entonces, ya no son dos, sino cuatro, y no llegan a ser seis juntas porque ya podrías parecer suicida, y justamente de eso no se trataba. Yo no me quería........

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