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Ese miserable vecino de al lado...

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14.01.2025

Imagínate que llega a vivir a tu edificio ese inquilino matón y prepotente. El que decide zurrarse en todos y cada uno de los vecinos; el que no paga la cuota mensual de mantenimiento, pero sigue usando todos los servicios; menos aún las cuotas extraordinarias para sostener, refaccionar o modernizar el ascensor, la fachada, instalaciones sanitarias, eléctricas o lo que sea necesario para que el predio siga en pie. Pero no solo eso. Es ese vecino que un día, de buenas a primeras, tomó prepotentemente la unilateral decisión de quedarse eternamente como presidente de la Junta de Propietarios.

Como en todo edificio, hay habitantes de toda moral, calaña y reputación —y como “Dios los cría y ellos se juntan”—, otros vecinos, que también son escoria, se han aliado con él. Y resulta que ahora, por ejemplo, el ascensor es de uso exclusivo para ellos. Los porteros, jardineros, electricistas, personal de mantenimiento son contratados por él y, en agradecimiento, hacen el papel de soplones. Pobre del residente que opine algo en contra de este ser, pues simplemente en el acto le cortan la luz y, si la oposición se hace más notoria, el siguiente paso es cortarle también el agua.

Pero la cosa escala y ya no solo es el domiciliado incómodo, matón y prepotente que ha tomado, casi secuestrado, el condominio, sino que también es el miserable que todos los días le da una golpiza de padre y señor mío a sus hijos y a su esposa.

Todos absolutamente todos notan por los gritos y las evidencias físicas: moretones, arañazos y demás huellas del dolor, que ese canalla de 7 a 9 de la noche tortura a su familia. El escándalo ya trascendió a los edificios contiguos, inclusive ya es un escandaloso comentario en todos los distritos de la ciudad.

Pero podemos ir más lejos: ya no es un comentario interdistrital, ha escalado a nivel........

© Perú21


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