Si usted se ofende fácil, mejor no siga leyendo. Si usted se siente identificado con algunas líneas, tampoco se culpe. Si en más de una oportunidad su candidato favorito lo ha timado, bienvenido al club. Si por tomar partido por alguna opción política, su familia dejó de hablarle, aquí lo apapachamos. Si ya hizo el respectivo acto de contrición después de elegir al salvaje de Castillo, a lo mejor puede encontrar alguna justificación en el sistema educativo, los medios, la clase política, la desigualdad estructural y todos los que a pulso desde hace muchos años vienen metiéndole cabe al Perú. Pero eso no lo exonera de seguir siendo un idiota útil cada cinco años.

Si usted se reconoce en al menos cinco de las siguientes características, bienvenido a la Membresía Gold del Idiota Útil que NO merece votar.

1. Cree que la política es como el fútbol.

O sea, elige presidente como elige equipo. No hay argumentos, hay pasiones. Se puede insultar, matar, defender lo indefendible, pero jamás cambiar de “equipo”. Le importa más ganarle al “rival” que entender si el suyo sabe patear una pelota.

2. Confunde carisma con capacidad.

Si el candidato baila en TikTok, si llora en cámara, si dice que no es político, lo considera confiable. Si se le nota el resentimiento, lo considera “auténtico”. Si se expresa con errores gramaticales y usa como metáfora la “historia del pollito”, lo considera “del pueblo”.

3. Vota por quien “habla bonito”.

No importa si no entiende lo que dice, menos aún si lo que dice es falso. Si habla “fuerte”, parece que “pone orden”. Porque, en el fondo, el elector idiota cree que el Perú necesita un papá autoritario que lo guapee todo el tiempo.

4. Desconfía del que estudió mucho.

Si alguien fue a Harvard, lo odia. Si hizo doctorado, lo mira con sospecha. Porque para el elector idiota útil, entre........

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