Escritores jóvenes y obras adultas
Quien se aventure en las fantasías de El avaro encontrará goces memorables y delicados. Quien revise la fecha de su publicación descubrirá que Luis Loayza lo entregó en 1955, cuando aún no cumplía los veintidós años. A ello hay que añadir que algunos de esos relatos fueron escritos varios años antes. Sorprende, pues, la precocidad de Loayza. Sorprende también la calidad nunca disminuida de su obra narrativa y ensayística, a la que cabe añadir la epistolar; no es imposible que Loayza sea el mayor prosista peruano desde el Inca Garcilaso. Volviendo al tema de la precocidad, alguna vez Abelardo Oquendo me dijo que no había reparado en la de Loayza, porque ella no es infrecuente en la literatura peruana. Es cierto y basta recordar........
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