Bucaneros de librerías
Cuando Charles Dickens visitó los Estados Unidos, en 1842, era un autor muy popular y sus obras eran editadas, compradas y leídas en ese país. Pero él no recibía un céntimo. Se le ocurrió entonces la descabellada idea de que los derechos de autor debían ser respetados internacionalmente. La prensa norteamericana reaccionó con violencia, aplicando el sentido común de entonces: lo llamó “mercenario” y condenó su codicia, pues debía bastarle el honor de ser tan conocido fuera de su país. Como vemos, el derecho a la propiedad era algo muy distinto del actual. Aun hoy se presta a singulares confusiones. Conocí el caso de un editor pirata que reivindicaba la........
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