Parece un juego hasta que…
Hace 40 años el Muro de Berlín separaba a Europa: capitalismo vs. comunismo eran las mitades en las que se dividía. China aún no competía, el liderazgo lo disputaban Estados Unidos y la Unión Soviética. Era una guerra cruel, como todas, pero se llamaba ‘fría’ porque no se disparaba, solo se amenazaba. Cada imperio tenía un arsenal de bombas atómicas suficiente para destruir al resto del mundo y, de paso, suicidarse. La gente se moría de miedo por el apocalipsis de una guerra nuclear. En esa carrera loca por ver quién podía matar más, Reagan propuso construir el SDI, un escudo de defensa contra los misiles atómicos (1983). El imperio ganador ya no sería quien tuviese más bombas atómicas, sino quien pudiese neutralizar las del enemigo. Por seguirle la corriente, la Unión Soviética gastó todas sus reservas financieras hasta que Gorbachov reconoció la quiebra y se desintegró en 15 repúblicas (1990).
Antes de eso, se detectó una falla en el sistema: lanzar misiles atómicos era una decisión política, pero todo dependía del oficial que........
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