¡Ay, Dina!
No contenta con rozar el 0% de aprobación, Dina, en vez de gobernar, insiste en sus frivolidades pidiendo autorización para viajar al Vaticano y conocer al papa León XIV y, para asegurar que le autoricen el viajecito (que pagamos todos los peruanos), extiende la invitación a los presidentes del Congreso y del Poder Judicial. Mucho roche ir sola.
Pero ahí no termina Dina con sus “sesudas” decisiones. En un martes nefasto, decide además prescindir del único ministro que........
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