Un señor de 68 años murió a causa de un paro cardiaco luego de que el vehículo, con el cual trabajaba como taxista, fue remolcado por una grúa municipal de La Victoria. Se dirigió al depósito municipal a recuperarlo y le entregaron una papeleta con una multa por 700 soles, más los costos de internamiento. No pudo con la presión, con la desesperación de sumar un costo alto a su precario trabajo de taxista. Murió a los minutos víctima de un sistema perverso y arbitrario, esta vez confirmado como tal por el Tribunal Constitucional.

Durante años, los conductores hemos sido blanco de las grúas municipales: remolques al acecho sin previo aviso ni derecho de reacción. Los municipios se inventaron un negocio ilegal que se volvió una máquina recaudadora. Y no hablamos de una........

© Perú21