Preocuparse no es ocuparse
Soy una persona bastante ansiosa. Me preocupo por las cosas grandes, pequeñas, cercanas, lejanas, con o sin razón. Incluso cuando logro racionalizar el problema y relajarme mentalmente, mi cuerpo sigue dándome señales de intranquilidad.
Para mi fortuna y desgracia, el trabajo en mi profesión evoluciona constantemente. Es diferente, por ejemplo, a escribir un artículo. En este caso defino la idea central, la desarrollo, la dejo reposar antes de editarla y pasarla por mis filtros de confianza; luego se publica. El texto cobra existencia per se y no vuelvo a cuestionarlo. Es una reflexión congelada en el tiempo.
Sin embargo, cuando hablamos de interpretar una obra, el proceso es mucho más largo. Leerla (decodificar la partitura), memorizarla, apropiarse de ella, crear una interpretación… Y, cada vez que se toca, es diferente. En el sentido romántico, se trata de un momento único y, como dice........
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