menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

La oposición es de Marte, el pueblo es de la Tierra

9 12
thursday

La política boliviana, desde sus orígenes republicanos, ha estado marcada por una lógica criolla profundamente arraigada en prácticas excluyentes, oportunistas y centralistas. Con el paso del tiempo, esta cultura política ha evolucionado, pero no ha desaparecido. Hoy se manifiesta en nuevas formas de demagogia, populismo y clientelismo que continúan minando las bases de una democracia plural y participativa.

La política criolla y demagógica sigue siendo un obstáculo para el desarrollo democrático de Bolivia, al reproducir prácticas coloniales de poder, priorizar el discurso sobre la acción, y manipular a las mayorías mediante promesas vacías y favores personalizados.

La política criolla, en su sentido más amplio, refiere a una forma de hacer política heredada del periodo colonial, donde el poder era ejercido por una élite cerrada, sin participación popular real, y donde el acceso a cargos públicos respondía a intereses personales o de grupo antes que a un compromiso con el bien común.

La historia política reciente del país ha estado marcada por una profunda polarización entre el oficialismo, liderado por el MAS, y una oposición fragmentada, escuálida y carente de una propuesta alternativa sólida y seria. A pesar de las múltiples oportunidades que tuvo para consolidarse como una fuerza democrática, con vocación de gobierno, no lo hizo. La oposición tísica, ha demostrado una tendencia constante hacia el fracaso: por su desconexión con las mayorías sociales, su mediocridad estratégica y discursiva, y su excesiva dependencia de........

© Los Tiempos