Todo es posible en Granada
Quedaban cinco minutos para el final del partido y el marcador señalaba un empate en la pantalla gigante que se había instalado en el Palacio de Carlos V. Se mascaba el drama en el Festival de Música y Danza de Granada. No tanto porque pudiese ganar Inglaterra, sino porque el concierto de la Orquesta del Capitolio de Toulouse no comenzaría hasta que finalizase el partido. Casi eran las 11 de la noche y las obras de Wagner, Strauss y Bruckner, ¡la novena sinfonía!, esperaban en el banquillo junto al joven director de la orquesta, Tarmo Peltokoski.
Cuando finalmente marcó Oyarzabal, un jolgorio inaudito se apoderó del estadio, digo del palacio, un par de trompetistas de la orquesta francesa se arrancaron jubilosos a soplar sus instrumentos, seguramente en homenaje implícito a Napoleón y Villeneuve, pero, sobre todo, debió........
© Libertad Digital
visit website