Bodorrio y ejemplaridad
Si hay una palabra que la clase política española desconoce es ejemplaridad. El filósofo español Javier Gomá tiene dedicada nada menos que una tetralogía al asunto. Y mira que se lee fácil a pesar de su densidad y complejidad, pero se ve que el político medio está demasiado ocupado leyendo los sumarios en los que son acusados de corrupción o los artículos que se dedican a criticarlos. El ministro Óscar Puente ha puesto a medio ministerio a chismorrear buscando los epítetos con el que lo clasifican en prensa y radio. Ojo, que lo que hoy es chismorreo, mañana se puede convertir en persecución y acoso. Véase a Nicolás Maduro, ese ídolo de socialistas españoles al estilo de Zapatero y Ábalos.
Define Javier Gomá "ejemplaridad" como la voluntad de proponer un criterio ético sobre lo estético. De crear un modelo donde lo bueno sea la guía de la acción moral y política. De tener en cuenta un ideal de indulgencia, benevolencia y dignidad. Un modelo y un ideal que debe ser encarnado por todo el mundo, pero sobre todo por figuras de autoridad, de los padres en la familia a los líderes en la sociedad. La falta de ejemplaridad es lo que llevó a Juan Carlos I a abdicar aunque no se hubiese demostrado que hizo nada ilegal en cuanto a tráfico de influencias.
En mi cuenta de Twitter propuse una encuesta sobre la invitación al exrey a la boda del alcalde de Madrid. Las alternativas eran "un error", "una vergüenza", "la derecha........
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