El Lamborghini no tiene quién le escriba
Más transporte público y menos lamborghinis. Lo proclamó esta semana un tipo que viaja en un pepino volador que cuesta más de 30 millones de euros. Con todo, me intriga la inquina contra el fabricante italiano, pudiendo meterse con cualquier otro. Apuesto a que alguien le levantó una rubia años atrás, y terminó como el Loquillo del Cadillac Solitario pero un Lamborhiniigualmente solitario. No tiene otra explicación. Es un golpe tan gratuito como absurdo a una marca de lujo que matriculó en su año récord menos de medio centenar de ejemplares en España. Insignificante. Que ya es más fácil encontrar a un socialista honrado fuera de un puticlub que un Lamborghini surcando las carreteras españolas.
Siguiendo sus estrechísimos patrones discursivos, el presidente intentó en falso contraponer un amigable transporte público eléctrico, barato y solidario, a un contaminante, caro y egoísta Lamborghini. La marca italiana, bellísimos deportivos, recibe el golpe entre la resignación y la esperanza, como el protagonista de García Márquez. La resignación de saber que las palabras de Sánchez tendrán consecuencias, que solo está anticipando un nuevo saqueo al potencial comprador de........
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