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Manual del canceladito: 3 sencillos pasos para hacer frente a denuncias públicas

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“Tenemos emociones paleolíticas, instituciones medievales y tecnología de dioses”. Esta comparación, atribuída al biólogo Edward O. Wilson, nos pone en nuestro sitio: la esfera de la comunicación pública es nuestro hábitat simbólico, pero apenas entendemos su funcionamiento profundo. Participamos de ella cada día, conocemos sus rudimentos y le sacamos cierto provecho, como elegir nuestro próximo móvil según el número de estrellitas amarillas o una lista de los 10 mejores【actualizada 2025】, pero a menudo no advertimos si las votaciones son pagadas y si la lista responde a un sistema de afiliados más que a la búsqueda de la verdad.

No somos diferentes a los humanos precientíficos que vivían de forma competente del fruto de la tierra, pero no comprendían el mecanismo de la lluvia que daba buenas cosechas ni de la plaga que las envenenaba. Recurrían a mitos para suplir la falta de saber, y a ritos para restablecer el orden cósmico o social y expulsar los malos espíritus. Son objetivos irreales, que solo se alcanzaban en la medida en que dependían de la verdadera utilidad de los ritos: generar tranquilidad, cohesión y sensación de protección.

En nuestro entorno simbólico, la comunicación pública, continuamos haciendo sacrificios rituales con los mismos objetivos irreales y utilidad verdadera. Todo tipo de demonios se presentan súbitamente a nuestros ojos: violaciones, asesinatos a niños, líderes deshonestos, destrucción de símbolos que nos unen. No sabemos el mecanismo por el que llegan a la pantalla, pero expulsamos sus imágenes groseras de nuestra imaginación mediante un ritual purificador, ya sea gritarle al televisor o dejar un comentario de repulsa. Los demonios quedan exorcizados, y la comunidad reforzada.

A veces estos rituales se convierten en linchamientos digitales, cuando se centran en una persona. Su problema es que nuestras emociones paleolíticas impiden que tomemos en cuenta el grado de transgresión de la norma moral, de modo que los utilizamos tanto para agresiones como para meros conflictos, en los que no hay violencia ni coacción sino una diferencia de intereses. (No entro a justificar esta diferenciación, parto de lo establecido por unos textos que detallo abajo). Es ahí donde el ritual es ineficaz y cruel. Parten de........

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