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Sin permiso para envejecer

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Les confieso algo: estoy perdidamente enamorada de los temas pensionales. Tanto, que suelo bromear diciendo que si fueran un hombre, ya estaríamos casados. En el camino he descubierto que esta es mi gran pasión, y hoy quiero contarles lo que me ha dejado esta historia de amor.

Al cumplir 15 años, mi papá, que había cotizado un poco más de 400 semanas, recibió la devolución de sus saldos pensionales: $112 millones. Nadie en casa lo esperaba, pero nos cayeron del cielo. Con parte de ese dinero, mi papá pagó el primer semestre de mi universidad. Ese fue el momento clave en el que comencé a interesarme -por pura curiosidad- en el sistema pensional.

A los 16 empecé a estudiarlo con mayor profundidad, de la mano de expertos, y así entendí lo que implicaba la........

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