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Lima la fea, por Javier Herrera

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29.01.2025

Este 17 de enero se celebró el 490 aniversario de la fundación de la capital colonial del virreinato del Perú y no el del poblamiento de Lima, el cual la antecede desde la época preincaica. Esta distinción es importante porque, a la llegada de los españoles, el centro neurálgico de lo que hoy es el Perú se encontraba en lo que hoy denominamos las “provincias”, lo que nos recuerda que Lima hace parte de ellas. Lima se convirtió en el centro administrativo, mientras que otras regiones del Perú seguían proveyendo las riquezas que alimentaron las arcas de la corona española. La estructura productiva regional está aún marcada por la impronta colonial: centralismo (40% del PBI nacional), alta concentración del PBI en servicios (52%), manufactura (16,8%) y comercio (13,6%) en la capital, mientras que en el resto del país predominan la agricultura y minería (34,6%) y servicios (28,5%).

En el siglo XX, la capital sufrió profundas transformaciones. La población creció a una velocidad vertiginosa con la llegada masiva de migrantes a partir de 1950, y esta dio un salto espectacular pasando de 562.885,00 habitantes según el censo de 1940 a 1.632.370 en el censo de 1961. Durante las tres décadas siguientes, la expansión urbana de la capital se alimentó del continuo flujo de migrantes que llegaban a la capital en búsqueda de oportunidades que, por la ausencia del Estado, no ofrecían sus pueblos de origen. El mayor crecimiento se produjo entre 1940 y 1970 cuando la población crecía cada año a tasas superiores al 5%, el doble que el promedio nacional. A partir de 1972, el flujo migratorio disminuye y la expansión demográfica se alimenta del crecimiento natural de una población joven que presiona fuertemente sobre el espacio urbano. En las tres décadas siguientes, el crecimiento se desacelera........

© La República