La trampa del papá Estado
“Es que esos muchachos fueron abandonados por el Estado”. Le escuché hace poco a un periodista deportivo mientras intentaba explicar la violencia de las barras bravas. No lo dijo con rabia ni con ironía, sino con una convicción tranquila, como quien enuncia un diagnóstico indiscutible. La frase cayó sobre la conversación como una cortina que ya nadie se atreve a correr: todo se explica por el abandono estatal, y punto. Lo demás -la decisión personal, la responsabilidad familiar, el entorno inmediato- ni siquiera entra en discusión.
Esa misma frase apareció, reiteradamente, después del atentado contra el senador Miguel Uribe. “Ese niño fue abandonado por el Estado”. Como si el disparo hubiera salido solo. Como si no hubiera responsabilidad de su familia, ni de su entorno, ni de sus propias decisiones. Como si el Estado -y solo el Estado- fuera el responsable........
© La República
