Los peones de Sánchez se lanzan a controlar el postsanchismo
L a complicación del «caso Ábalos», tras el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, ha caído como un misil en un PSOE, que siente cómo se mueven sus costuras internas, aunque en Moncloa sigan confiando en que nada ni nadie puedan alterar la puesta en escena del cierre de filas con el líder nacional que preparan para el Congreso Federal de finales de noviembre. Lo paradójico, y más grave, es que la pelea por el control territorial del PSOE no está directamente relacionada con un proceso de renovación dirigido a mejorar las expectativas electorales de la formación en las próximas urnas. Al menos así lo denuncian desde ese grupo de líderes a los que Ferraz quiere liquidar en los próximos congresos regionales. Estos nombres, señalados como candidatos al patíbulo, dicen que el partido vive «en un estado de pseudo guerra civil que atiende a intereses orgánicos», o dicho de otra manera, «a la obsesión de los segundos niveles de Pedro Sánchez por tomar el control absoluto del partido, de todas las federaciones, para cuando llegue la etapa de gestionar el postsanchismo».
Las novedades en el «caso Ábalos», que limitan el margen de Moncloa para utilizar al exministro como cordón sanitario, dan aire a los que han empezado a mover la revuelta. Y, en la medida en que puedan, también usarán esta nueva vía de agua en Moncloa que suponen la corrupción y todo lo que se mueve alrededor del exministro de Fomento para defender sus posiciones desde........
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