Una visita al señor Williams, por Norberto José Olivar
No hace mucho Leila Guerreiro escribió que si encontrara “la lata con los muñequitos de los chocolatines Jack” podría recuperar su infancia. Lo intentó. Rastreó todos los sitios posibles entre las casas de sus padres y abuelos. Su búsqueda frustrada me recordó una cita que guardo de la escritora mexicana Valeria Luiselli: “quizás sea cierto que una persona solo tiene dos residencias permanentes: la casa de la infancia y la tumba. Todos los demás espacios que habitamos son una mera continuidad grisácea de esa primera morada”. Puede que por eso, siempre mantengo cerca un ejemplar de Doctor Zhivago, para conectarme así con la biblioteca de la casa de mi padre, con mi infancia.
También dice Goethe, según Yuri Andrujovich (autor ucraniano), que para entender a un poeta hay que ir a su casa. Pero sabemos que hay autores sin domicilio. Sin embargo, el poeta........
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