Julio Castellanos: Basta de opio
A Marx se le atribuye la célebre frase “la religión es el opio del pueblo”, con la que señalaba que las creencias en un “más allá” anestesian a las personas frente a las injusticias del “más acá”. En lugar de luchar por una vida digna en este mundo, nos resignamos a la esclavitud y la explotación, aguardando una recompensa celestial. Sin embargo, la agudeza de Marx no alcanzó a prever el auge de las religiones seculares: esas que no veneran a un dios invisible ni prometen la inmortalidad del alma, sino que idolatran a personas —convertidas en semidioses— y a ideologías políticas terrenales.
Las religiones seculares, aunque desprovistas de un componente espiritual explícito, funcionan como sistemas de dogmas que moldean cosmovisiones impermeables al pensamiento crítico.........
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