Gehard Cartay Ramírez: Algunas cosas que pocos saben del 4F
De las muchas lecturas que se han hecho sobre la intentona golpista del 4 de febrero de 1992 -que está cumpliendo ya por estas fechas 33 años- la mayoría ha insistido en sus aspectos meramente militares, políticos o anecdóticos, faltando, sin embargo, un análisis más profundo sobre sus repercusiones ideológicas, abiertamente antidemocráticas, las cuales rebrotaron luego de que, en mala hora para este país, su jefe único fuera electo presidente en 1998, apenas seis años después, y como si buena parte de quienes votaron por él ignoraban quién era el personaje.
En cuanto al sustrato ideológico a que hacemos referencia hay que señalar que definía claramente aquella logia golpista como un movimiento militarista, fascista y autoritario en una primera etapa, aunque posteriormente adquirió un carácter castrocomunista, una vez llegado al poder. Por cierto, no hubo ningún cambio, pues, al final, resultaron lo mismo.
Ese supuesto cambio de ropaje no les resultó muy difícil, pues ya se sabe que, a pesar de los esfuerzos que siempre hacen los comunistas para negarlo, por lo general son más las coincidencias entre ellos y los nazifascistas, tal vez porque que las tres corrientes descienden de un mismo tronco común, en este caso el socialismo.
Más allá de lo meramente ideológico, la sicopatología de sus funestos líderes (Hitler, Stalin y Mussolini, por ejemplo, o figuras menores que se les parecen, como Castro o Chávez) los asemejan también y, tal vez por ello, son indisimulables sus similares actuaciones desde el poder, al que siempre han concebido como un instrumento totalitario, de opresión y dominación.
Volviendo a la intentona golpista de febrero de 1992, bastaría ahora releer los libros de Kléber Ramírez (La historia documental del 4F) y de Alberto Arvelo Ramos (El dilema del chavismo: una incógnita en el poder) para conocer los planes........
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