Ángel Rafael Lombardi Boscán: Venganza
«Mía es la venganza, yo pagaré,» dice el Señor.»
Romanos 12:19
La tumba de Hitler fue la ambición. Una ambición delirante y anómala. Todos sus impulsos vitales estuvieron guiados por la revancha nacida del rencor de los postrados.
Hitler y Alemania quisieron resarcir la vergüenza. Nacida ésta por la derrota en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Invadir a Polonia en 1939 y acabar con Francia en sólo dos meses en 1940: no le bastó.
Ya había alcanzado y con creces su satisfacción máxima. El enemigo inglés quedó recluido en su fortaleza insular. El gigante estadounidense no daba muestras de romper su aislacionismo. Y la URSS había aceptado el señuelo de un Pacto de No Agresión con los nazis.
En 1941, Hitler y Alemania habían ganado la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La soberbia, dicen que es uno de los peores pecados. El Tercer Reich ya tenía diseño y grandeza porqué la victoria es el máximo trofeo en la Historia entre las naciones.
Sólo que no fue suficiente.........
© La Patilla
