Ángel Rafael Lombardi Boscán: Mussolini, ¡Ave César!
Los dictadores son muy caprichosos: sólo atienden su propia gloria. Benito Mussolini (1883-1945), el padre del fascismo italiano, pretendió el engrandecimiento de Italia. Volver al pasado y revivirlo. Las viejas glorias del imperio romano fueron su principal aliciente.
«No es maravilla que todo arribista, desde César hasta Napoleón, se haya remitido siempre a los intereses de su pueblo, cuando tenía en la mente los suyos propios». Esto es del súper autor de biografías: Emil Ludwig. La pintura es ya fastidiosa: el don nadie que se hace héroe. Y más luego: la hagiografía o la condena.
Mis queridos nonnos creyeron que el Duce les iba a traer bonanza. Millones de italianos también. Más luego de la caída, en 1943, tuvieron que emigrar. Basta con visionar: «Roma, ciudad abierta» (1945); «Paisá» (1949) y «Alemania, año cero» (1948) para comprender la tragedia.
A Italia le pasó lo mismo que a Alemania: llegaron tarde al reparto colonial del mundo. Franceses e ingleses fueron hegemónicos y poderosos. En cambio, los recién llegados, se encontraron últimos de la fila. Y no les gustó.
Mussolini fue el «maestro» de Hitler. El nazismo es un derivado del fascismo. Primero ocurrió un 1922 que un 1933. Aunque aplican grandes........
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