Don Juan de la Cierva y Peñafiel, ministro y jurisconsulto, 1864-1938. / Archivo

Siempre se ha dicho que Roma es Roma porque ha sabido conservar sus piedras a lo largo de la historia y los avatares que esta depara. Los romanos incluso se enorgullecen del monumento nacional Altare della Patria, en honor al rey Vittorio Emanuele II, primer rey de la Italia unificada, monumento que desentona con el entorno, al que se le conoce popularmente desde 1911 como «La tarta», debido a su blanco deslumbrante. Aquí en Murcia, no. Gracias a ello, nuestra ciudad perdió su identidad con la destrucción masiva de edificios emblemáticos y el trazado genuino de sus calles. ¿Para qué hablar del flamante Plan de Movilidad, que ha convertido a Murcia en una ciudad intransitable? La modernidad se llevó lo añejo, cómodo y entrañable, y nos trajo los ladrillos vulgares en los espantosos edificios de nuevo cuño.

Me refería mi recordado don Carlos Valcárcel Mavor, con acierto, que Murcia es ingrata con sus hijos más ilustres, y así es. Pondré como ejemplo a don José María Muñoz, el hombre generoso que fue homenajeado........

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