Unas virtudes que no tenemos
Resulta evidente que no solo en la vida política, sino en la vida social entera, falta ejemplaridad y sobra polarización. Falta sentido del honor y sobra desvergüenza. Falta respeto y sobran la arrogancia y el abuso. Falta libertad y sobran coacciones: del poder público, de los poderes privados, de las redes sociales, del capitalismo anarquista, de las sectas, de los Estados imperialistas, de los becerros de oro digitales entronizados y adorados, de las adicciones que el sistema consumista nos inyecta en dosis masivas… Falta honestidad y sobra latrocinio en todas partes. Falta valor y sobra cobardía. Falta compasión y sobra crueldad. Falta el coraje de dudar y sobran frivolidad y entreguismo. Falta gobernar y sobra trapacear. Falta cumplir las leyes y sobra ningunearlas, retorcer su significado e incumplirlas.
Me encantan estas palabras de Georges Bernanos: «El honor es, como el amor, un instinto». Y hay quien, igual que una tara infamante, nace fisiológicamente privado de él (Donald Trump, por ejemplo), y quien, reprimiéndolo por ambición personal desmedida, se automutila y leprosea. Para un político el honor individual se halla........
© La Opinión A Coruña
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