«Veinticuatro horas en la vida de una mujer»
Por fin ha caído en mis manos una obra de Stefan Zweig, un autor del que había oído maravillas sobre su fluida y precisa escritura.
Y vaya que he disfrutado, tal como me advirtió mi librero, de su prosa brutal. En cualquiera de los géneros que habita su obra, dice él, Zweig logra que el lenguaje sea un toque perfecto al pensamiento y a los sentidos.
Sin duda alguna, Veinticuatro horas en la vida de una mujer me atrapó de tal forma que quise devorarla de una sentada. Por supuesto, su extensión breve (100 páginas en la edición de Eneida) favorece ese propósito lector. Pero, más que su brevedad, son los detalles y la forma en que los personajes nos cuentan la historia lo que hace de este viaje narrativo un auténtico........
© La Crónica del Quindío
