Más allá de la deuda
Hace algunos días hablaba con unos amigos sobre la responsabilidad política que se está dejando en manos del pueblo al tergiversar, según yo, el sentido del poder constituyente. Y en este campo de juego, llegó a la conversación el ministerio que nació moribundo y pretende sobrevivir en la nueva legislación. Francia, su sucesor, la cancillería, la maquinaria burocrática y la ejecución presupuestal comienzan a ser el pan de los ideólogos políticos para acompañar el cafecito de la media tarde.
Y cuando entramos en esos terrenos de la igualdad, necesariamente debemos hablar de herencia. Yo me pregunto: ¿por qué respetamos y defendemos la herencia simbólica, indígena o raizal, mientras atacamos con sospecha la económica o familiar, reduciéndolas a privilegios sospechosos? Si al fin y al cabo,........
© La Crónica del Quindío
