Contra la colonización de lo íntimo
Luchar implica bondad, empatía, respeto, ternura, alegría, dignidad. Otra semana con la incesante verborrea egocéntrica que se alimenta de sí misma desde el gobierno actual. El discurso no cesa: reformas, consultas, violencia, marchas, constituyentes simbólicas.
En Calarcá, la Fiesta Nacional del Café; en Armenia, congresos de seguridad, cifras celebratorias y una nueva prohibición del consumo de drogas en parques públicos. Todo parece disperso, pero hilvana el relato de un país en tensión: entre lo que se proclama desde la tribuna y lo que cruje en la tierra. Así, después de dar una mirada alrededor, qué escribir vuelve a ser un gesto ético. Una pequeña rebelión simbólica contra la saturación de gritos que callan las libertades individuales........
© La Crónica del Quindío
