Querido Jaime:
Alguna vez, cuando escribía Bajo el cielo sucio, y preparaba mi novela no publicada El Terrorista triste, indagué aún más sobre mis abuelos paternos, que habían llegado desde Choachí y Fómeque a la montaña sagrada de La Virginia. Lo primero que hallé en esa pesquisa fue la noticia de la campana instalada en la finca … Continuar leyendo
Alguna vez, cuando escribía Bajo el cielo sucio, y preparaba mi novela no publicada El Terrorista triste, indagué aún más sobre mis abuelos paternos, que habían llegado desde Choachí y Fómeque a la montaña sagrada de La Virginia.
Lo primero que hallé en esa pesquisa fue la noticia de la campana instalada en la finca del abuelo Parmenio, que avisaba sobre las incursiones de los liberales a la vereda. También, que llegada la tarde a Peñas Blancas y La Paloma, algunos........
© La Crónica del Quindío
