Orgullo pernicioso
Las que pueden ser virtudes se convierten en problemas cuando se tergiversan sus aplicaciones prácticas, especialmente por quienes tienen responsabilidades que afectan a comunidades complejas y sensibles, como un país diverso, multicultural y disperso.
Lo menos que puede pedírsele a un gobernante es que tenga orgullo de su patria, de los valores humanos de sus compatriotas, de la diversidad geográfica y climática del país, de la abundancia de recursos naturales y de la exuberante variedad biológica. Otra cosa es el orgullo personal, egocéntrico, superficial y soberbio, con delirios de superioridad y prepotencia, para enfocar todas sus actividades hacia el endiosamiento y el mesianismo, que conducen a la corrupción, porque, para sustentarlos, se requieren recursos........
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