Un gran porcentaje de los niños colombianos detestan los sabores complejos, en especial los amargos.

Un gran porcentaje de los niños colombianos detestan los sabores complejos, en especial los amargos. Encontrar a un pequeño que se emocione al ver unas aceitunas, por ejemplo, es más difícil que encontrar un arriero feminista. Internet está lleno de videos de bebés que prueban limón por primera vez, grabados por padres sin alma que recibirán su merecido castigo cuando Dios revise sus cuentas de TikTok. Los niños piensan (aunque hay excepciones), que el adulto que pone cara de placer al morder un pedazo de queso azul o al tomarse un güisqui le está haciendo una broma. Lo mismo ocurre con alimentos como jengibre, vinagre, anchoas o........

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