¿Pero qué necesidad? ¿Para qué compararlos? Resolver esta inquietud, que surgió en medio de un podcast que grabábamos junto con mi intrépida amiga Sara Giraldo, no se trata únicamente de buscar similitudes entre dos ídolos a los que les gustaba ponerse pantalones obscenamente ajustados, sino de encontrar puntos de encuentro entre dos artistas aparentemente incompatibles.

Decir que Juan Gabriel es el Elvis latinoamericano es como decir que el mole es el curry mexicano. Útil para empezar la conversación, pero no es suficiente. Los dos son íconos indiscutibles. Elvis se ponía coqueto, movía la pelvis y las enaguas se aflojaban. Juanga alzaba los brazos, como si invocara una tormenta de flores, y aparecían........

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