Petro con los propios
Demonio que merezca su nombre no da tregua. El ejercicio, la práctica de la maldad, quién creyera, requiere más inventiva y dedicación que cualquier otro empeño.
Lo sabe bien y obra en consecuencia, quien conduce el país a su trágico encuentro con el caos disolvente. No hay día de reposo para su alma atormentada, nido maloliente de frustraciones íntimas, de vicios, perversiones, odios, rencores, sed hemática; no puede haberlo para sus sometidos, borregos dispuestos al sacrificio, a la anulación de sus voluntades a cambio de dinero mal habido, prebendas o migajas de poder. Como tampoco hay respiro para una ciudadanía que ni siquiera acierta a entender cuanto sucede alrededor del desvergonzado violador de códigos éticos y penales que dice gobernar Colombia. Lo del sábado anterior en Medellín, no tiene antecedentes como abuso, acto subrepticio, cuasi delictivo,........
© La Crónica del Quindío
