No conozco, tal vez la haya y por eso hablo en primera persona, una campaña diseñada y ejecutada por animalistas y similares, que les haga caer en cuenta a miles de tenedores de mascotas sobre los excesos que cometen y lo seguido que vulneran los derechos de los demás y del propio animal que los acompaña.

Conviene la autocrítica en los grupos defensores de los animales sobre el poco o nulo esmero, para procurar una sociedad con menos conflictos sociales incubados por la mala tenencia de animales de compañía.

Se volvió paisaje ver perros de todos los tamaños como copilotos en motocicletas. Vaya exceso. Ni la autoridad de tránsito regula ni los animalistas protestan por este exabrupto. No están los perros ni los gatos para viajar como........

© La Crónica del Quindío