Maldita biología
Hemos llegado a casa después de un largo día. Abro la puerta y solo la oscuridad nos recibe: no salen ni mi perra ni Hombre a recibirnos. Es viernes, hay silencio y estoy sola. Hombre viajó de nuevo y yo me he quedado debajo de las cobijas, como en los últimos seis meses. Ardo en … Continuar leyendo
Hemos llegado a casa después de un largo día. Abro la puerta y solo la oscuridad nos recibe: no salen ni mi perra ni Hombre a recibirnos. Es viernes, hay silencio y estoy sola. Hombre viajó de nuevo y yo me he quedado debajo de las cobijas, como en los últimos seis meses. Ardo en rabia.
(Hay días en que quisiera ser solo horizontal, renunciar a mis extremidades y quedarme tirada, inmóvil, sintiendo cómo crece mi feto hembra. Montserrat se mueve mientras escribo estas barbaridades.........
© La Crónica del Quindío
