La derecha uruguaya se alista por sus fueros
El deseo de frenar al progresismo cuaja a veces en «frentes comunes» coyunturales totalmente inéditos en Latinoamérica. Cierto que la ductilidad hace que, a veces, algunas de esas fuerzas dejen jirones de su identidad con tal de conseguir coaliciones que detengan a la izquierda. Pero debe reconocerse que tienen capacidad para metamorfosearse y —pérdida de valores aparte, porque acceder a ello es una derrota total—, quizá valga la pena reparar en ese, su nuevo arte.
Lo hemos visto en México, donde el propósito de frenar a la 4ta. Transformación unió inútilmente a la oposición desde el Congreso durante todo el mandato de Andrés Manuel López Obrador, hasta concluir en una inédita coalición que, en busca infructuosa de la presidencia, unió a dos partidos tradicionales históricamente opuestos y a un tercero que, en su momento, fue una agrupación emergente y hasta contestataria.
El legendario e histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI) se dio la mano con el derechista Partido Acción Nacional (PAN), y encima colocó la suya el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que, por cierto, feneció en el intento, porque los votos obtenidos........
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