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¿Qué esperar de la Psicología en un futuro?

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18.05.2025

A lo largo de la historia los seres humanos hemos abordado el malestar anímico de diversas maneras. Esa práctica es lo que hoy, con una terminología ya difundida globalmente, llamamos Psicología. La misma, en un intento de constituirse como saber científico riguroso, aparece en la modernidad europea. Hoy, con esas categorías ya definidas, se ha venido imponiendo en todo el mundo. En esa lógica es equivalente a “estudio de la conducta humana”. Lo cierto es que, andando el tiempo, bajo su paraguas fue cayendo una cantidad inmensa de prácticas, muchas veces disímiles, incluso sumamente antitéticas entre sí. Ello habla de una falta de rigor epistemológico de la especialidad, pues en su nombre se realizan las más diferentes acciones: clínica, manejo de las grandes masas, reforzamiento de determinados comportamientos, y un largo etcétera que, en vez de establecer con precisión objeto y método de la disciplina, abre interrogantes.

Muchas prácticas de atención del malestar anímico que se han dado, y siguen dado, en distintas culturas, apelan al saber escuchar a quien lo padece. La modernidad eurocéntrica otorga rigor científico a la Psicología utilizando paradigmas biológicos, habitualmente apelando a meras descripciones apoyadas en la estadística, sin escuchar en profundidad. La única teoría realmente novedosa en este campo la propuso el Psicoanálisis, enfatizando aquello que se le escapa a la conciencia, en lo que va más allá de la voluntad: el inconsciente. De todos modos, esa teoría no es la dominante en el amplio y difuso campo de la Psicología mundial. Lo que se va imponiendo hoy es un criterio más bien neurofisiológico, (Neurociencias) buscando 1) respuestas clínicas rápidas y efectistas, y 2) técnicas de manejo/manipulación de las grandes masas, que dan como resultado la Psicología de la publicidad (de la que se favorecen las empresas) y la manipulación político-ideológica ejercida por los poderes (en otros términos: cómo manejar a las masas).

Este modesto escrito no pretende ser un riguroso estudio sistemático de la realidad de la Psicología en todo el mundo. Es, en todo caso, un breve texto que no busca hacer pronósticos de futuro, sino que intenta ver líneas generales de hacia dónde se dirige esta particular ciencia llamada Psicología, evidenciando profunda consternación –¿por qué ocultarlo?– ante los caminos que está tomando.

Todo indica que el discurso y la ideología capitalistas, más aún en su actual versión neoliberal (capitalismo salvaje, sin anestesia, y ahora en su nueva variante neofascista, que va imponiéndose en numerosos lugares blandiendo motosierras), alientan buena parte de las intervenciones que caen bajo su denominación. Muchas de las acciones que hacen los profesionales de la materia tienen una clara orientación pro sistema, en tanto ayudan a mantener y/o reforzar el statu quo actual.

La dispersión de escuelas, enfoques, tendencias y modalidades que existe es tan grande que se hace imposible hablar de “la” Psicología. Una variedad de intervenciones tan diversa cae bajo su paraguas que, en términos de descripción de la situación, sería más pertinente hablar de “las Psicologías”.

Entran ahí el conductismo watsoniano clásico de origen estadounidense –y........

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