La hipocresía liberal de morir con dignidad
Mañana no habrá mañana. Me gustaría decir que oigo el rugido de las calles a través de las cortinas. No es verdad, la calle calla. Desahuciada como basura sin posibilidad de reciclaje salvo si hacen galletitas de mis restos, como en aquella película, nunca supe el título. No voy a decir que lo hago por morir con dignidad. Lo hago porque de seguir con vida, viviré sin ella.
No deja de parecerme asombroso ese considerar indigno morir bien atendido en un hospital, el Estado cumpliendo con nuestro derecho a la atención médica en la enfermedad y en la vejez. Y, sin embargo, no se considera indigno morir masacrado en Palestina, degollado en Siria, apaleado en una manifestación en Argentina, desahuciado en Europa a los sesenta años, abandonado en una residencia geriátrica sin derecho a hospitalización en Madrid. No se considera indigna esta Europa de mierda. Pero morir de pura enfermedad bien atendido en un hospital, sí.
Independientemente del derecho de cada una de acabar con su vida ante una determinada dolencia, ¿dónde está la indignidad?
Lo indigno será seguir viva........
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