La ira de los odiadores o el aislamiento de los halcones
Los únicos en el mundo que se han opuesto a la decisión del gobierno de Joseph Biden de excluir a Cuba de la espuria lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo son los mismos que traman en el presente y han lucrado en el pasado con el negocio sangriento de la guerra contra Cuba, a los que se suman obedientemente expresidentes corruptos y mafiosos que en otros tiempos fueron cómplices de EE. UU. en sus confabulaciones anticubanas.
Un puñado de legisladores de origen cubano, herederos de la politiquería, el engaño, el matonismo y la conspiración de los años de la tiranía batistiana y de mafias iniciadoras del narcotráfico en América Latina, desde los cuarteles, aeropuertos, casinos y burdeles de generales y doctores batistianos, no esconden hoy desde la Florida la ira y la frustración ante un gesto tardío, pero en la dirección correcta de la Casa Blanca que los desenmascara y descoloca.
Los tres nuevos jinetes del Apocalipsis (María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart) no escatimaron improperios para denigrar de la decisión de Biden al tildarlo de «traidor», «patético cobarde», «desastre» o........
© Insurgente
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