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Manipulación informativa para ocultar el creciente malestar social por el gasto militar

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10.04.2025

En los países de una UE que se precipita al abismo, las clases dominantes y sus gobiernos son conscientes de que están sentados sobre un polvorín. Para tratar de evitar que arda, se aplican con inusitado afán a intentar ocultar la realidad.

El polvorín

La clase obrera, es decir, quienes no poseen los medios de producción, ve cómo se van agravando progresivamente sus condiciones de vida[1]. Según datos oficiales, más de un cuarto de la población y más de un tercio de los menores de 18 años viven en hogares que no pueden “mantener la temperatura adecuada en la casa”, “comprar huevos, carne o pescado dos veces por semana” o acceder a internet. Esta situación afecta más gravemente a las mujeres, la mayoría con hijos a su cargo. A ello hay que añadir que buena parte de la juventud trabajadora (muchos han emigrado), con salarios que rondan los 1.000 euros mensuales no puede acceder a una vivienda.

Todo ello, en una situación en la que el capitalismo europeo camina sin frenos hacia el derrumbe, con Alemania, la “locomotora europea”, a la cabeza. Como es bien sabido, el desmantelamiento de la industria, la agricultura y la ganadería ha sido el resultado siniestro de una profunda crisis, exacerbada por decisiones políticas: cierre de la economía con el pretexto del Covid, voladura del Nord Stream, sanciones boomerang a Rusia, altos tipos de interés, “transición ecológica”, etc.

Este desmoronamiento, cuyas grietas se amplían progresivamente, se intenta apuntalar desde hace décadas con políticas fiscales cada vez más regresivas, permitiendo evasiones generalizadas a paraísos fiscales y, sobre todo, inyectando ingentes cantidades de dinero público a grandes bancos y empresas multinacionales. Recuerdo los más recientes: “rescate bancario” en la crisis de 2010 – 2011 (se entregaron más de 100.000 millones, de los que no han devuelto ni un euro, a los mismos bancos que desahucian a las familias trabajadoras); endeudamiento público masivo con esos mismos bancos con el pretexto del Covid; más Deuda con los Fondos Next Generation regados generosamente sobre bancos y multinacionales para llevar a cabo una “transición ecológica” que acabó por eliminar del mercado a las pequeñas y medianas empresas que sobrevivieron al cierre del Covid, el elevado precio de la energía y los altos tipos de interés.

Más leña al fuego.

Ahora, cuando los Fondos se están acabando y la economía moribunda languidece tras la última transfusión que, si bien ha llenado generosamente los bolsillos de la oligarquía, no ha detenido el derrumbe de la economía productiva, la Comisión Europea se ha sacado de la chistera el fantasma del peligro del ataque de Rusia. Pretende así, matar dos pájaros de un tiro: volver a traspasar al capital enormes cantidades de dinero público y apretar las tuercas del control social.

La Comisión Europea prevé destinar la fabulosa cantidad de 800.000 millones de euros a gastos militares que provendrían de un gasto adicional en “defensa” de........

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