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El Espíritu Santo no es de ultraderecha

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Este miércoles se encierran bajo llave —en cónclave— los cardenales convocados para elegir al nuevo Papa en el espectacular espacio de la Capilla Sixtina. Después de unas semanas de duelo por el difunto papa Francisco y las llamadas congregaciones generales para debatir sobre el futuro de la Iglesia, el mundo está pendiente de este exclusivo colegio que decide quién será la cabeza visible de la Iglesia católica.

Este acto se produce en medio de la celebración del Jubileo de la Esperanza, convocado por Francisco para este 2025, y a expensas de un mundo cambiante, con nuevos liderazgos y una política enrarecida a través del avance global de la derecha autoritaria. Seguro que esta circunstancia habrá merecido la reflexión de sus eminencias, en el marco de las relaciones que la Iglesia debe mantener con el mundo actual para anunciar su razón de ser: el Evangelio, la buena nueva de un Dios, Cristo, que se vacía de sí mismo para enaltecer a los desheredados de la tierra.

A nadie se le escapa que los cardenales electores han recibido el señalamiento y la presión de poderosos grupos ultracatólicos estadounidenses, deseosos de influir en este cónclave para que la Iglesia vire su rumbo hacia un tradicionalismo pétreo y antievangélico, en lugar de........

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