Carlos Motta
La noche del sábado 30 de agosto, entre las avenidas Tomás Valle y Universitaria, una joven estaba siendo asaltada por un delincuente que intentaba quitarle el celular. La joven se aferró a su teléfono y cayó al suelo con el delincuente encima. Carlos Motta, un marino en retiro, circulaba en su bicicleta y acudió en ayuda de la víctima.
Jaló al ladrón, lo que posibilitó que la joven se liberara y escapara. En ese momento, dos cómplices del asaltante se acercaron agresivamente a Motta. Enfrentado a tres malhechores, Motta desenfundó su pistola -con licencia en regla- y los conminó a alejarse. No lo hicieron y siguieron insultándolo y acercándose belicosamente.
En realidad, escenas como esa se repiten cotidianamente, no solo con civiles sino con policías. Delincuentes los agravian y los atacan y, por lo general, los policías no actúan, porque intuyen que el caviarizado sistema judicial los va a procesar.
En el caso que nos ocupa, Motta retrocedió y los conminó........
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