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El mundo corporativo es de competencia constante; los CEO, sus atletas de élite

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15.01.2025

Piensa en un atleta de alto rendimiento: un velocista de 100 metros que, en una carrera de 10 segundos, resume años de sacrificio, entrenamientos incansables y una disciplina inquebrantable. Cada movimiento, cada respiro, cada decisión es el resultado de una preparación minuciosa. Ahora, imagina a un CEO enfrentando los retos de liderar una organización global: lidiar con mercados cambiantes, motivar equipos diversos y cumplir expectativas de accionistas, todo mientras toma decisiones que impactan miles de vidas. ¿La similitud? Ambos necesitan algo más que talento para llegar a la cima: necesitan un coach.

Así como un atleta necesita un entrenador para refinar su técnica y superar sus límites, un CEO necesita un coach ejecutivo que lo ayude a alcanzar su máximo potencial. Este coach no solo se enfoca en mejorar habilidades profesionales, sino también en equilibrar las dimensiones personales. Porque, en el mundo de los negocios, un líder desequilibrado puede perder tanto como un atleta fuera de forma.

El coaching ejecutivo se convierte en ese espacio seguro y estratégico donde el CEO puede detenerse, reflexionar y recalibrar. Es como afinar la postura de un corredor o ajustar la brazada de un nadador: el coach ayuda al CEO a perfeccionar habilidades críticas como la comunicación efectiva, la gestión emocional y la toma de decisiones bajo presión, entre muchas otras.

Basado en un proceso que llevé este........

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