#ColumnaInvitada | Dinamitar reglas y acuerdos internacionales
A estas alturas, queda claro que las instituciones y organizaciones internacionales que Estados Unidos contribuyó a crear tras emerger como potencia vencedora de la segunda guerra mundial, ya le resultan muy costosas e ingobernables.
La Alianza Atlántica (OTAN), creada como mecanismo de seguridad colectiva con los países europeos, es vista como un lastre y, en palabras del presidente Donald Trump, sus otrora socios son ahora “delincuentes”, que se resisten a incrementar sus gastos en defensa; la Organización Mundial de Comercio (OMC), garante del libre comercio, tan beneficioso por mucho tiempo para el desarrollo económico de los Estados Unidos, está paralizada por la decisión deliberada de este país, de rechazar el nombramiento de funcionarios para el órgano de solución de diferencias con el argumento de que “los han tratado injustamente”.
Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Corte Penal Internacional (CPI) y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, han sido también objeto de una furiosa embestida de Trump, quien los acusa de tener un sesgo anti—israelí y/o una posición descaradamente de izquierda.
De algunas organizaciones, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA), el Pacto de París o el Acuerdo Transpacífico, Trump se retiró azotando la puerta, mediante órdenes ejecutivas firmadas el primer día de su administración.
De otras, como la Organización de las Naciones Unidas, pilar fundamental del orden........
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