#ColumnaInvitada | Democracia y Estado de Derecho, la base que fortalece a México
La democracia no se reduce a depositar un voto cada ciertos años: es un ejercicio permanente de vigilancia y responsabilidad. Sin un Estado de Derecho firme, las instituciones se desgastan, los derechos se desdibujan y la confianza se desvanece. En este contexto, la figura del observador electoral emerge como un baluarte esencial para garantizar la independencia de los procesos y la integridad de nuestras instituciones.
El próximo 1 de junio, México vivirá una jornada inédita: la ciudadanía elegirá por primera vez a jueces y magistrados mediante sufragio directo. Esta elección ambiciona devolver legitimidad al Poder Judicial, pero también encierra riesgos de politización y vulneraciones a la imparcialidad. No se trata solo de emitir un voto, sino de custodiar los cimientos de nuestra democracia. La participación de observadores no promueve a un candidato; salvaguarda la transparencia y refuerza el principio de separación de poderes.
Ser observador implica........
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