La Caja China
En política, “la caja china” es un truco de manual: cuando un escándalo real amenaza con estallarle en la cara al régimen, fabrican o inflan otro que capture toda la atención pública. Y el gobierno de Claudia Sheinbaum acaba de abrir la tapa. La liberación de Israel Vallarta, acusado en su momento de ser un secuestrador violento y peligroso, no es solo un acto judicial: es una operación de control narrativo en el momento más conveniente para el grupo político en el poder.
Vallarta no fue un preso político. No es un mártir ni un héroe. Hay testimonios contundentes que lo ubican como líder de la banda de secuestradores “Los Zodiaco”, un grupo que no dudaba en torturar e incluso matar. Si está libre hoy no es porque se haya demostrado su inocencia, sino porque las autoridades de entonces violaron el debido proceso y montaron un espectáculo televisivo que contaminó su juicio.
Y es precisamente ese error —grave y real— el que Morena capitaliza ahora para vendernos un relato de redención. Con la maquinaria propagandística en marcha, Vallarta es presentado como un símbolo de la lucha contra la injusticia, un ejemplo de que “ahora sí” se respetan los derechos humanos. El régimen lo exhibe como trofeo........
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