De impartición a importación de justicia
Un país que ha optado por designar jueces y magistrados usando una tómbola, está en la ruta de decidir la elección presidencial con volados. Se ha perdido toda seriedad en la integración de órganos de estado, nombrando funcionarios que no reúnen los más elementales requisitos para cumplir adecuadamente funciones públicas, haciendo, de la estructura gubernamental, un coto de privilegios, abusos y complicidades, esto es, se trata de una táctica destructiva del aparato productivo, que México vino construyendo por décadas.
Marcelo Ebrard, recientemente, evidenció la enorme confusión que prevalece dentro del gobierno, cuando éste afirmó que el T-MEC era responsable del crecimiento del intercambio comercial en la frontera que, desde hace mucho tiempo, es la más activa del orbe, dejando claro que los políticos no advierten que la actividad económica ha venido creciendo a pesar de ese tratado y de las múltiples medidas que dificultan el entorno de negocios, siendo el territorio nacional, por causa de los encargados del poder público, fértil campo para las actividades que desarrolla el crimen organizado. Sin ese tratado la interacción comercial, por sinergias y méritos propios, habría prosperado, y aún con las deficiencias de aquel, está llamada a crecer.
Las soluciones que el país demanda no están, ni han estado, en el legislativo. Por el contrario, las reformas legales instrumentadas, precipitada e irracionalmente, lejos de eliminar obstáculos y dificultades propias de un mundo que atraviesa severos ajustes, han derruido el orden constitucional, dejando un instrumento esquizofrénico en el que ningún empresario puede encontrar la base adecuada para la creación de empleos bien remunerados, que brinden oportunidades de crecimiento laboral, siendo patente que tales deformaciones normativas anulan el porvenir de quienes recién se integran a la economía, esto es, de los más jóvenes.
La que otrora fuera Carta Fundamental, hoy, es un cúmulo de facultades autoritarias en el que los poderes de la Unión se encuentran al servicio de los políticos en turno, privando a los ciudadanos del más básico servicio para el desarrollo de una comunidad civilizada, la administración de justicia.
Es innegable que la imperiosa necesidad de seguridad y justicia dieron origen al estado, así como que, el necesario y sano establecimiento de valladares que protejan al ciudadano de los excesos del soberano fue lo que dio origen al estado moderno. Son precisamente tales elementos, los que nos hacen ver, con claridad, que aquella entidad política institucional que surgiera en 1810 ya no existe, dando paso a una regresión difícil de nominar.
También, es claro que históricamente la noción de un Tribunal del Pueblo no es para nada novedosa. Fue la primera institución que Hitler impulso como parte fundacional de su T4. Si bien........
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